He escuchado en un telediario del mediodía medio fiable, es decir, alejado de la propaganda del Régimen comunicativo controlado por el marquesito de la giba, que quedaba pendiente de liquidar el 1% de los ERTEs.

El presentador, tras avanzar ese porcentaje que afecta a muchas personas y familias, ha matizado que la ministra implicada justificaba dicho incumplimiento por errores ajenos a su gestión. Solo faltaría. Si llega a asumir la responsabilidad nos podría haber dado un pasmo.

No entraré mucho en la valoración de esa información, que cada uno lo haga consultando a conocidos. Pero, más allá de una posible sobredosis de casualidad, me sorprende que la mayoría de personas que conozco, afectadas por dicha situación, hasta hace poco estuviesen pendientes de dicha liquidación. Por tanto, lo del uno por ciento pendiente me suena muy extraño.

Con la experiencia acumulada, lo mejor es no indagar ni preguntar. Sigamos el modelo que se ha seguido con la covid-19. Si el Gobierno maquilla fallecimientos con ese formato interesado de no testear, para no contar muertos por el virus, yo copio dicho modelo evitando preguntar acerca de la liquidación en tiempo y forma de lo prometido. Al menos así viviré más tranquilo, sin preocuparme por los posibles incumplimientos y sus consecuencias.

Igual estamos ante otra contabilidad cambiante e interesada, como nos ha pasado con los muertos por la pandemia. En aquel caso, sabiendo todos que son muchos más los que han perecido, aceptamos como borregos el mensaje tergiversado de la cifra que nos venden. Aunque, con un sencillo ejercicio de comparación de difuntos en el mismo periodo del año pasado, queda la duda acerca de lo que ha podido suceder con una decena larga de miles de compatriotas inmersos en la más que probable contabilidad paralela de los responsables sanitarios.

Lo dicho, para esto de los ERTEs y las soluciones al problema económico, mejor ni preguntar. Ya sabemos lo que se cuece.

Javier Megino – Presidente de Cataluña Suma