Hoy es uno de octubre. Un día, para los que tenemos conciencia democrática y deseamos una convivencia al amparo de la legalidad constitucional, que quedará de por vida como el momento de la vergüenza.

Se trata de una fecha que quedará en la retentiva de todos. Unos porque la consideramos la constatación de la humillación a la sociedad española, al provocar el inicio de la vorágine que desembocó en un golpe de estado por parte del separatismo catalán. Otros, en referencia a los fanáticos victimistas que lo impulsaron y todavía ocupan el poder autonómico, al llegar a hacerlo merecedor de espacio en el nomenclátor de muchos municipios.

Pero no centraré mi escrito en la ridiculez del 1-O. Ese día del pitorreo, con permisividad del voto múltiple, descontrol del censo, urnas en la calle y pasotismo de los Mossos, fue también un día en el que quedó sobradamente demostrado que disponemos de grandes profesionales entre la Policía Nacional y la Guardia Civil. A pesar de todo ello, que merecería muchos folios, prefiero enfocar mi texto en lo acontecido la víspera de ese patético día.

El sábado que cerraba el mes de septiembre puede catalogarse como histórico para el asociacionismo constitucionalista catalán. Una fecha de obligado recordatorio que hemos de impedir que quede en el olvido. A lo largo de la tarde lluviosa del 30 de septiembre, simbolizando las lágrimas de todos los españoles al ver lo que estaba sucediendo, el Movimiento Cívico d´Espanya i Catalans, con el apoyo de otras asociaciones, respondió como merecía a la provocación de los que decidieron saltarse las normas.

En una convocatoria que removió polvareda por lo arriesgado de la cita, teniendo en cuenta que chocaba de lleno con la pretensión del violento separatismo y su ansia por la pantomima de votación que montó su circo para el día siguiente, congregamos a la sociedad catalana para copar Plaza Urquinaona, Vía Layetana y Plaza de San Jaime, con el objetivo de decir alto y claro que estábamos presentes y nadie iba a impedirnos el defender, con nuestra presencia, el orden constitucional. Fue un emotivo momento que demostró que los actos de los desnortados fanáticos tendrían la merecida respuesta por parte de los que somos verdaderamente demócratas.

No olvidaremos el riesgo que supuso sostener nuestra apuesta, con el único objetivo de mostrar oposición al fraude planificado para el día siguiente. Pero, pese a ello, nunca hubo dudas respecto de la salida o no de la manifestación. Si algo nos caracteriza a los integrantes de esta entidad es que actuamos sin complejos y convencidos en la defensa de España. De nada sirvieron las numerosas llamadas recibidas antes de partir hacia la sede de la Generalidad desde instancias políticas e institucionales, con la Delegación del Gobierno como gran referente, invitándonos a suspender el pasacalles. Incluso diría que, con esa sensación de importancia que trasladaban las solicitudes de anulación del acto, se enfatizó nuestro entusiasmo, conscientes de que estábamos haciendo lo más oportuno y justificado. Se actuaba sin el respaldo de los «de arriba», pero con el apoyo incondicional en la calle y la queja por lo que estaba pasando del pueblo, de la gente, de la ciudadanía, de los catalanes leales y legales.

Espanya i Catalans no iba a fallar. Su propia existencia pretende dotar de voz a todos los que estamos a favor del constitucionalismo. Por eso, pese a los avisos de riesgo ante el imprevisible comportamiento de los violentos e incendiarios separatistas, seguimos adelante y con la cabeza bien alta. España lo merecía y, sin duda, lo merece.

Más allá del centenar largo de miles de personas que participan en las citas del 12 de octubre, por encima de los éxitos de nuestras convocatorias en el día de la Constitución, siempre quedará como referente lo acontecido ese histórico y gratificante 30 de septiembre del 2017.

Tres años después ellos siguen con su paranoia y nosotros continuamos firmes en nuestras convicciones. Y, aprovechando el aniversario, queremos agradecer a nuestros socios y simpatizantes su respuesta, recordando al lector que siempre estaremos presentes en los momentos en que haga falta poner voz a la defensa de España, la Constitución y nuestros derechos y libertades.

Desde hace unos meses Espanya i Catalans lidera la integración que supone la puesta en marcha de Cataluña Suma por España, una apuesta que pretende unificar esfuerzos y sinergias, sumando las energías de las principales entidades referentes del asociacionismo constitucionalista en Cataluña. Aprovecho para invitaros a todos a colaborar con nosotros y seguir en ese empeño merecedor de todo nuestro esfuerzo.

Únete a nosotros en: www.espanyaicatalans.org o www.catalunyasuma.es

¡Te esperamos!.