Es chocante que en estos tiempos y en un mundo como el que vivimos sigan existiendo islas fantásticas. Pero cuando nos paramos a analizar la gestión en España, de la mano del socialcomunismo perroflauta que nos malgobierna, parece que la realidad supera toda ficción.

Es inevitable que se genere repulsa hacia nuestros gobernantes, al ver el modo en que se está llevando a cabo la política de contención de la crisis sanitaria, así como las medidas para evitar la decadencia social y económica.

Nuestra nación, histórica y relevante desde siempre, ha acabado por abandonar su papel protagonista en el contexto internacional para convertirse en el hazmerreír del mundo, de la mano de los incompetentes que hoy ocupan los sillones de la bancada azul del Congreso.

La demostración de su inutilidad es evidente, cuando no se asumen las responsabilidades que le corresponden y se cede a las comunidades y ciudades autónomas las tomas de decisión que ellos se ven incapaces de llevar a cabo, pagando el coste que supone verse condicionados por la miseria comunista y el fanatismo separatista que ha secuestrado al socialismo sano de nuestro país.

El necesitado sanchismo ególatra, necesitado de cámaras y estatus, se muestra únicamente interesado por perpetuarse en el poder y, para ello, utiliza las expertas manos del Capitán Garfio “de la coleta” para explotar en su beneficio los mensajes demagogos y la información sesgada. Nadie mejor que ellos para aprovecharse de las mentiras y la tergiversación, llegando a vivir como marqueses mientras se exige a los suyos sacrificio y activismo.

Esperamos despertar pronto de esta pesadilla que nos ubica en esta isla imaginaria, diferente a lo que sucede en el resto de naciones de nuestro entorno, en la que se suben los impuestos o en donde las decisiones para frenar los contagios y combatir al Covid-19 son diferentes de un pueblo a otro.

Necesitamos un Gobierno que no se avergüence de gobernar, que sea útil para todos los españoles y nos sitúe en el mundo como merecemos, abandonando definitivamente la espiral viciosa que supone estar sometidos al yugo del extremismo comunista y los intereses de los que quieren, por encima de todo, romper el país.

Javier Megino – Presidente de Cataluña Suma Por España