Recuerdo mi primer día en la Academia de Caballería, en el cuartel de Calatrava en Valladolid rodeado de mis compañeros de la IMEC. Recuerdo la primera clase, las primeras palabras del Capitán Silvela: «¿Qué creéis que es lo más importante para ganar una batalla?». Los brazos caídos y solo un par se levantaron, respuestas erróneas. «lo primero que hace falta para ganar una batalla, lo más importante, es la voluntad de vencer», nos dijo el Capitán.

Dejo siempre escritos mis artículos antes del fin de semana alejado de la actualidad, por eso pueden haber cambiado las cosas cuando éste se publique, pero sea lo que sea, suceda lo que suceda, los ucranianos nos han dado una gran lección, todo un ejemplo de lo que es la voluntad de vencer.

La aplastante superioridad militar rusa ha topado con la voluntad de resistir. Para resistir ante una agresión así hace falta un Ejército aunque sea teóricamente inferior, mejor si se apoya en una organización de civiles dispuestos a que su voluntad no se quiebre, pero ante todo una decisión a flor de piel estar dispuesto a la ruina, a la pérdida de libertad y hasta la muerte si es necesario para defender a tu Patria.

Nos han dado una lección a occidente, quizás ellos también fueran una sociedad más o menos acomodada y más o menos dividida, pero los han atacado y han decidido resistir. Ya solo importa aguantar hasta el límite, mantener alzada la bandera de la libertad y de la dignidad.

Aquí más de uno se habrá visto sorprendido por esa reacción, más de uno empezará a comprender la importancia y el sentimiento de lo que significan unos soldados y un pueblo luchando juntos. Más de uno habrá entendido que somos vulnerables y que si nos vemos atacados y tenemos que defendernos, deberemos dotar a nuestras Fuerzas Armadas de la capacidad operativa suficiente.

Pero ante todo, más de uno se habrá dado cuenta que ante una situación límite el ser humano es capaz de la reacción más insospechada, es capaz de dar la vida para seguir siendo como es, es capaz de dar la vida para mantener lo que una Bandera, lo que un pueblo, lo que una Patria significan.

Todos debemos aprender de Ucrania, porque ellos son la avanzadilla de la libertad y la dignidad.

José María Fuster-Fabra

Artículo publicado en «La Razón».