En un artículo anterior ya expresé mi preocupación por la división de votos constitucionales en varias candidaturas, que puede provocar una representación mínima en los ayuntamientos o incluso la desaparición, a pesar de que el total de votos es más que decente.
Hoy quiero expresar mi deseo de ampliar el espacio electoral de estos partidos y que no se limiten a pelearse por las migas que nos dejan los nacionalistas y separatistas. Quiero dejarlo bien claro: quiero ganar votos, que cada más vez más personas nos vean como una opción, ver partidos constitucionalistas gobernando ciudades en Cataluña y algún día, la Generalitat.
Para ello, hay que llegar a personas que nunca han votado constitucionalismo, ya sea por ideología nacionalista o porque no votan. Para conseguir que se interesen por nosotros, hemos de escucharles, pensar sus problemas e intentar proporcionar soluciones reales a estos. Soluciones concretas, factibles y adaptadas a la situación, no las consignas repetidas de actos, que lo arreglan todo con cuatro cambios.
Porque por mucho que a algunos les cueste entender, hay personas cuya bandera no es la rojigualda ni la estelada. Su bandera es poder comer al día siguiente, tener un trabajo estable y poder pagar el alquiler o la hipoteca o una buena educación para sus hijos, que les permita salir adelante cuando sean mayores, entre otras muchas cosas. ¿De verdad pensáis que a estas personas las vais a convencer con el mensaje “bandera, bandera, bandera”?
He crecido con ideales como la disciplina, el instinto de superación o la búsqueda de la excelencia y le pido lo mismo a quienes pretenden representarme. Por ello, me pone enfermo el mensaje de “si eres español/patriota has de votarnos”. Al contrario, si amas España como yo, has de intentar mejorar cada día, salir de tu confort y seguir aprendiendo, para dar la mejor versión posible de ti mismo a los españoles.
Quiero ver a todos los representantes de estos partidos a pie de calle, hablando con los vecinos, dejándose las suelas de los zapatos de caminar, escuchando a todos los habitantes del municipio sin importar su color. Sólo así podrán comprender las dificultades a que se enfrentan y sus inquietudes, aportar respuestas y de paso darse a conocer. Es un camino largo y duro, pero sólo así podrán romper su techo electoral y ampliar su base de votantes.
Finalmente recordemos que hemos acusado a la Generalitat de estar de espalda a los problemas reales de la ciudadanía. Si esta denuncia la complementamos con una batería de propuestas para mejorar la vida de los catalanes, no sólo ganaremos credibilidad sino que quedará de manifiesto que los separatistas van a lo suyo y se olvidan de los demás. Porque para denunciar que el emperador está desnudo, hay que lucir los mejores ropajes.
Xavi Gil