Es muy preocupante, mirando con retrospectiva y conociendo de boca de personas que lo han vivido en primera persona al otro lado del Atlántico, el paralelismo entre lo que ha ido sucediendo en la Venezuela del chavismo y su máxima degradación en manos de Maduro, con lo que está pasando en España desde la irrupción del vendepatrias Sánchez y todas las medidas de control global que el sanchismo pretende llevar a cabo para adecuar el Sistema a sus deseos e intereses.

Venezuela y España, dos naciones hermanas con una historia común y un vínculo irrefutable. La primera sometida al yugo de una dictadura evidente y, cada vez con más parecido, nuestro país condenado a un futuro incierto viendo las pretensiones de Sánchez y sus ansias de poder absoluto. Con la justicia teledirigida, los entes y empresas públicas bajo control, la tergiversación, la mentira y el abuso como fundamento, estamos cada vez más cerca de ser la réplica europea de lo que sucede hoy en Venezuela.

Los españoles de bien estamos obligados a poner nuestro granito de arena para frenar los deseos del gran jefe y que, si quiere ejercer de macho alfa, que se vaya con su hermanísimo Mohamed a su querido Marruecos y nos deje vivir en paz en nuestra amada España.

Borja Dacalan