Según la RAE, la definición de “Libertad” sería: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.
Esta es la facultad que tienen los padres respecto a la educación que quieren que reciban sus hijos en la escuela (aunque le pese a los partidos de la izquierda-comunista). Libertad de educar a tus hijos en base a tus creencias, valores y convicciones.
Los hijos son de los padres y no son pastelina en manos de un Gobierno para ser moldeados a su antojo y en base a su ideología.
El 13 de septiembre empezarán las clases en Cataluña y los padres vemos incrédulos como en nuestra Comunidad nada ha cambiado, todo va a peor.
La educación sigue absorbida por la política y lo que menos interesa es la calidad educativa, lo que interesa es el adoctrinamiento, un adoctrinamiento ejercido desde la Generalitat de Cataluña y permitido por el Gobierno de España.
Las aulas catalanas seguirán inmersas este curso en el sistema de inmersión lingüística que inventó el PSC y el PSUC en los años ochenta, en el que la lengua vehicular, es decir, el idioma que se usaba para impartir todas las asignaturas, era el catalán. El catalán iba a ser la única lengua vehicular en la enseñanza no universitaria, tanto en la escuela pública y concertada.
El castellano quedaba relegado a dos horas semanales en primaria y secundaria.
Este modelo de inmersión lingüística se desarrolló entre 1983 y 1993 empezándose a aplicar en aquellas zonas del área metropolitana de Cataluña dónde, por el aumento de población inmigrante del resto de España, se hablaba poco catalán.
Este modelo va a ser el que van a recibir la mayoría de los alumnos catalanes este curso (2021-2022), y veremos en los cursos venideros, gracias al Gobierno de España.
En un documento elaborado por la “PLATAFORMA PER LA LLENGUA” : “L´ONG del català” se consideraba la inmersión lingüística como una herramienta de cohesión social.
En este mismo documento se atacaba a determinados organismos españoles, sobre todo políticos: “ Estos ataques se han materializado reiterando el sistema ante los tribunales. Entre los motivos aducidos se encuentra la supuesta pérdida de competencia de expresión en castellano en comparación con otras comunidades…..”
En definitiva, es un documento que deja muy claro que ante la llegada de castellanohablantes hay que potenciar el catalán y, a partir de ahí, es mi intuición, empezar a crear una estructura educativa en la que no tuviera cabida el castellano.
De hecho, en el documento se dice: “A raíz de una fuerte oleada inmigratoria que sufrió el territorio, la presencia del catalán se redujo de manera drástica, y la lengua que pasó a primer plano fue la castellana, lengua primera de la inmensa mayoría de las personas que se instalaron entonces en Cataluña. En este contexto, pues, había que hacer algo para asegurar que el catalán podía seguir siendo una lengua importante , necesaria y útil para la sociedad”
Lo que han llegado a conseguir es que la presencia del castellano en las aulas catalanas sea testimonial, y, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictaminó en su momento que al menos el 25 % de las clases deberían de impartirse en castellano, siento decir que este curso, gracias a Pedro Sánchez no va a ser así.
El Govern recurrió está decisión ante el Tribunal Supremo, el cual tiene que decidir si lo admite a trámite . Como mínimo un año de espera. Así es la Justicia en España.
El Gobierno socialcomunista presidido por Sánchez tiene la potestad de aplicar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sin esperar la resolución del Tribunal Supremo. No lo va a hacer.
Evidentemente, para seguir en el poder hay que ceder a lo que le digan los separatistas.
Desde luego, Sánchez ya puede cambiar de Ministras, pero tanto Celaá como Alegría no pueden salirse del redil marcado desde Waterloo y desde la Plaza Sant Jaime en cuanto a educación en Cataluña.
Eva Higueras