Es complicado escribir un artículo cuando el estómago lo tienes revuelto por la rabia que sientes. Es complicado escribir cuando la indignación es tanta que puede llegar a enturbiar tus modales. Es complicado poder entender porqué hemos llegado a estar gobernados por unos incompetentes que están llevando a la ruina a España y que son el hazmereir de Europa.

Como es posible que el llamado Presidente de España esté constantemente con el “donde dije digo, digo Diego”. Como es posible que en el Congreso de los Diputados la posición de Pedro Sánchez sea diferente a la mostrada en sus declaraciones del día anterior. Como es posible que sus socios de gobierno estén en contra de la decisión tomada por él, que insisto es diferente a la de ayer.

Como es posible que tengamos en nuestras instituciones como socios de Gobierno a unos impresentables que tienen como presidente de su partido, ERC, a Oriol Junqueras, y como coordinador general de EH Bildu, a Arnaldo Otegi. Como permitir que Junqueras en compañía de Otegui compare la situación de Ucrania con la situación imaginaria ( y su “modos vivendi”) en Cataluña; como se permite que compare el régimen de Putin con la democracia española.

Pero que se puede esperar de Junqueras, un personaje enjuiciado y encarcelado. Que se puede esperar de Otegui, miembro en su juventud de la banda terrorista ETA político-militar desde donde pasó a ETA militar.

Pero no nos podemos olvidar de los otros “compis” de Sánchez. Echenique y compañía dicen “No a la Guerra “ y no al envío de armas. Cabría recordar cual era su discurso ante los graves disturbios generados por la detención del delincuente Pablo Hasel.

“Podemos “mostró su apoyo a “ los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad expresión”. Se olvidó decir que estos jóvenes destrozaban mobiliario urbano,quemaban coches y robaban lo que podían de los comercios que asaltaban. Ahora son pacifistas.

Han de cambiar las cosas en nuestro país si queremos tener un mínimo de dignidad,de credibilidad, de confianza, de responsabilidad y de respeto.

Por desgracia, solo podríamos ser respetados si las personas que nos gobiernan y sus socios fueran respetables.

Eva Higueras

Artículo publicado en «El Correo de España».