Alrededor de 500.000 jóvenes de 18 años podrán solicitar el Bono Cultural Joven en toda España.

La medida, que implica un gasto de 200 millones de euros, se ha querido “vender” como una política de acercamiento de los jóvenes a la cultura, para que estos creen nuevos hábitos culturales y se generen nuevos públicos para un sector que se ha visto castigado por la pandemia.

Que un joven de 18 años empiece a acercarse a la cultura gracias a un dinero que pagamos todos me parece surrealista y preocupante. Los museos suelen tener días de acceso gratuito y proliferan las librerías de segunda mano “low cost” con lo que el acceso a la cultura puede realizarse sin el requisito de ser mayor de edad y sin la necesidad de que te regalen dinero para ello.

Para crear un correcto hábito cultural es necesario que desde el ámbito educativo y familiar se fomente la lectura, el conocimiento de las artes en sus diferentes ámbitos así como el conocimiento de los valores, creencias y costumbres de nuestra sociedad.

Con el Bono Cultural los jóvenes podrán asistir gratis, entre otros, a conciertos de reggaetón y allí “empaparse” de unas letras que, en su mayoría, son vejatorias para la dignidad de las mujeres, o podrán comprarse videojuegos en los que matar al contrario es el único objetivo. ¿Esto es cultura?.

El Ministerio de Cultura y Deporte ha considerado que la cultura no debe de quedar afectada por la actual situación económica. Imagino que cuando se menciona a la “situación económica” se refiere al día a día que están viviendo miles de familias españolas que no lleguen a final de mes, familias que no pueden pagar el exorbitante recibo de la luz, familias que tienen que pedir préstamos para gastos necesarios,familias con hijos que tienen que acudir a las “colas del hambre”,y familias que, mientras tanto, ven como sus hijos reciben un cheque de 400 euros para que se culturicen. Todo muy coherente viniendo de un gobierno socialcomunista.

En la presentación del Bono Cultural , el ministro Iceta defendió que “la gente culta es mejor persona”. Se puede ser culto por lo mucho que se ha leído. Se es inteligente por una capacidad inherente a la persona. Se es buena persona cuando ésta demuestra bondad, empatía, sinceridad, confianza, humildad, gratitud…

Iceta no mencionó la honestidad.

Las personas honestas son las que no toleran engañarse a si mismas ni engañar a los demás.

Si el actual Gobierno hubiera sido honesto habría dicho que , en realidad, el Bono Cultural Joven no pretende ayudar a los jóvenes,ni hacerles mejores personas con ello, lo que pretende es comprarles su voto antes unas elecciones previstas para el próximo año.

Eva Higueras

Artículo publicado en “El Correo de España”.