Una tragedia como la que estamos viviendo representa una inapelable llamada de conciencia mundial.
Se ha acabado el tiempo de la ambigüedad y el relativismo. Ha comenzado el nuevo tiempo de los valores y la verdad. El mundo es cada vez más frágil. Siempre lo fue, pero ahora su destrucción puede darse no solo por las guerras sino por la irresponsabilidad humana y desde luego estábamos en ello, cuando de nuevo la guerra nos pone a todos en enorme riesgo.
Una guerra en Europa era inimaginable si bien la de los Balcanes tenía que habernos dado una lección definitiva. Pero una guerra comenzada, sin causa alguna, por una súper potencia mundial y en suelo europeo rebasa cualquier previsión. Una guerra en el siglo XXI de la crudeza inhumana como la que ha empezado hace veinte días es sencillamente inimaginable en nuestra forma de entender hoy el mundo, pero es una cruda realidad lo que está sucediendo, ya que no hemos aprendido realmente a superar las bajezas humanas.
Desde que el mundo es mundo la guerra ha estado presente entre nosotros y por desgracia seguirá existiendo, como existen estados de situación si no en guerra declarada, si de una enorme tensión gracias también a la poca visión humana y su desprecio por los esenciales valores de la dignidad humana. Estos, son además, de una manera u de otra, antesala de la guerra propiamente dicha.
Por mucho que hayamos avanzado, en realidad ese enorme avance se convierte en retroceso espeluznante ante la bajada en vertical de la responsabilidad de los gobiernos, la ineficacia de los responsables y su enorme pérdida de valores esenciales e imprescindibles, que son fundamentales en cualquier acción de gobierno para el equilibrio y avance de cualquier sociedad .
El ataque absolutamente injustificable, maquiavélico y execrable que se ha perpetrado contra Ucrania saltándose además cualquier norma de derecho internacional supone un antes y un después en las relaciones internacionales en este cuarto del nuevo siglo y abre un nuevo comportamiento global pleno de incógnitas y de nuevos peligros. La amenaza nuclear proclamada es la prueba inapelable de la locura desatada sin responder a ninguna causa legítima y solo a una situación absolutamente desconocida en las relaciones entre las naciones.
La situación es de mucha gravedad y no responde a lógica alguna y finalmente de nada sirven tantos estudios, gabinetes y sesudos estrategas de todas las disciplinas, si son solo ansias megalómanas e inputs irracionales los que ostentan un omnímodo poder sin réplica ni contrapeso.
En este contexto tan perverso el mundo libre está reaccionando improvisadamente pero con bastante unidad y ello trae la esperanza pues hasta hace veinte días sus prioridades eran una deriva de corte ideológico y muy poco responsable y de propuestas lacerantes e incomprensibles como la de hace un mes del presidente Macron proponiendo el aborto como derecho en el Parlamento Europeo. No hay palabras. En este momento de gravísimas y calamitosas consecuencias para los ucranianos, para Europa y para el mundo, el presidente de Francia absolutamente alineado con el mal y en contra de la mínima defensa de la dignidad humana.
Ha de venir un mes después una guerra inhumana y criminal de proporciones dantescas para que el mundo libre reaccione y proclame los valores fundamentales de las personas. De un día al otro. ¿Cabe mayor contradicción y falta de escrúpulos un día, para al día siguiente recuperar los principios y valores esenciales?
En España, mientras tanto, pudiendo tener la oportunidad de alinearnos con los valores esenciales europeos resulta que en el propio gobierno se cuestiona y contradice la versión oficial en apoyo decidido a Ucrania en todas sus necesidades de defensa, se hace un nuevo desplante al Rey en Barcelona, el 9 de Marzo en el Congreso el Jefe de Gobierno miente diciendo que la subida de la energía y la inflación se debe a Putin, el 14 el partido socialista se opone en el parlamento europeo para que los crímenes de ETA sean considerados de lesa humanidad, mientras aboga para que Putin sea juzgado así, y vuelve a mentir al hablar del presupuesto dedicado a defensa.
La asociación mayoritaria de fiscales exige el cese de la Fiscal General del Estado por su actuación sectaria y su falta de ética más elemental, el juez del caso Galli cree que el presidente del Gobierno lideró la operación clandestina, el País Vasco exige las competencias de Seguridad Social, y la Eurocamara cuestiona la política del Gobierno con los presos de ETA, mientras se destierra el español en las ruedas de prensa de la Generalidad, y se abren seis nuevas embajadas catalanas.
Solo la Ministra de defensa pone cordura en el Gobierno ante tanto despropósito y en medio de una situación mundial no conocida desde hace muchos decenios. Todo esto en el espacio de diez días…. es muy preocupante, “inquietante”, “perturbador”, pero también inadmisible en democracia, y además en medio de la tragedia de la guerra que estamos viviendo.
A esto hay que añadir que el hasta ahora jefe de la oposición, en Europa traiciona el legítimo pacto de su partido con un partido plenamente democrático. Inadmisible e indecente. Hizo lo mismo hace pocas semanas traicionando a Isabel Díaz Ayuso, que es el único ejemplo para los que le votan y para los que no, de decencia, confianza y credibilidad plena, en el único objetivo de la imprescindible defensa de España. Abyecto. ¿Falta algo más para que se den cuenta de que hay que anteponer la dignidad y la decencia a tanto interés espurio e indecente? ¿Cómo es posible que un presidente de Gobierno con el menor apoyo parlamentario de su propio partido se permita en una situación así de verdadera emergencia europea y global, humana, económica y social seguir siendo apoyado por comunistas bolivarianos, filoterroristas, xenófobos de todos los lados y golpistas, que declaran querer destruir la nación ? ¿ Es esto mínimamente serio y responsable? ¿ No debería dejar inmediatamente tal locura y lograr una unión extraordinaria con quienes respetan la Constitución y la unidad de España, para afrontar una crisis de magnitud desconocida como en la que estamos, aún con una pandemia desde hace dos años, y con una guerra peligrosísima, trágica y dantesca en plena Europa?
España requiere un liderazgo serio y que respete la dignidad y los valores trascendentales de la sociedad. El mundo requiere así mismo y urgentemente mucho liderazgo que anteponga los principios básicos del comportamiento humano. El mundo requiere dejar atrás la soberbia y la necedad de las personas pequeñas e indignas por mucho poder que acumulen. No hay tiempo de relativismos tan engañosos que solo traen confusión muy bien programada y con un plan trazado. Ha de imponerse el bien sobre el mal y necesitamos de personas dignas, decentes y ejemplares que encabecen las mayores responsabilidades en España y en el mundo. Ucrania nos da el ejemplo que habíamos perdido, el de un pueblo y su líder que está anteponiendo al propio holocausto que está sufriendo, el supremo valor de la libertad, y también el sublime ejemplo de la dignidad, el honor, el sacrificio, el valor, la fe, y los principios esenciales de nuestra civilización cristiana que es la que ha conformado Europa y su democracia en bien de las presentes y futuras generaciones.
Profunda admiración, respeto, permanente agradecimiento por defender nuestra civilización y honor al pueblo de Ucrania.
Amalio de Marichalar
Artículo Publicado en “La Razón”.