España merece ser posible. España lo merece. No solo lo merece , tiene todo el derecho a ser España .España merece ser ella misma y que nadie la secuestre . España merece ser una nación grande. Fue durante tras siglos la nación más grande del orbe .España es profundo respeto y abrazo entre todos.

Es aprecio entre los que piensan distinto, pues antes de ello, es amistad y buena disposición, es caballerosidad, es saludo cortes y es ayuda sin pensar a quien .España es tradición y modernidad, es mente abierta, es dar la mano , es ayuda desinteresada, solidaria, es familia para salvar siempre lo malo y celebrar siempre lo bueno , para ser roca y fortaleza ante la adversidad.

España es muchas, muchísimas cosas buenas… más ellas, que las cosas malas. España es cordialidad, bonhomía, sonrisa y amistad , es hospitalidad y es optimismo, es espíritu de nobleza y grandeza, es sencillez y alma abierta, es dignidad y es honor. España es Libertad y es verdad . Esa es además la auténtica fuerza de la modernidad de España.

España es superación de enormes problemas, es perdón, es concordia, es paz, es palabra dada y todo ello es un ejemplo mundial una vez más .Nadie puede robar España, nadie puede expropiarla, manipularla, mentirla y engañarla . Nadie es nadie: grande, mediano o pequeño. Nadie puede someterla a un embrujo o a una himnosis cargada de mentira y prometiendo una meta paradisíaca cuyo camino es la perversión y cuyo objetivo es el materialismo y satisfacción de la nada.

Nadie puede desgastar y hundir nuestra muy merecida democracia. Nadie tiene derecho a incumplir las normas que son para todos, nadie puede ser socio, cómplice y colaborador de quien incumple la constitución y la ley, atacando todos los días nuestra nación, y menos quien ostenta la representación delegada para gobernar España.

Eso se llama traición, golpe al estado, y delito de lesa patria .Nadie puede escalar y mandar a base de pactar con quienes muestran día a día su plan y acción para destruir nuestra patria . Eso es traición , inmoralidad y contravenir las mínimas normas de la democracia.

Eso, sencillamente, no es España, mal que le pese al que ahora incumple y traiciona lo elemental, pero manda . España entera se lo demanda, y lo hacen también quienes proceden de su partido o los que son de otra bancada . Nada que ver con cualquier ideología de uno u otro lado, que antes de ello anteponen la mínima dignidad, el honor y la palabra. Antes de nada respetan la constitución y la ley, pues ha de ser igual para todos y no incumplirla , mancillarla , vejarla, tal y como hace el jefe de gobierno en Cataluña, o el País Vasco, pero también en el resto de España.

Recuperemos el optimismo y la alegría, pues tenemos entre manos un gran futuro juntos, todos, y con los de cualquier ideología, siempre que nos presida la ley y la constitución, pero también la ética, la palabra, la dignidad, el respeto y la verdad. Nos unen los valores imperecederos de ayer, de hoy, y de siempre, pues España en su diversidad precisamente es más fuerte, pues jamás desunió nada y más bien es tantísimo lo común en historia, lengua, cultura, tradición, solidaridad, entendimiento, entusiasmo, alegría y profundos valores, que lo meramente local se convierte en amalgama de una nación fuerte como mostró siempre ser y hoy continua haciendo en tantos campos de ejemplar trayectoria.

No dejemos que en ningún rincón de nuestra nación quieran, los que manipulan inmoral y fanáticamente, expropiarnos un trozo de nuestra patria, y no dejemos que en esa tarea quien preside hoy el gobierno colabore tan delictiva, impune e impropiamente.

España merece un gran impulso renovador, alejado de fanatismos supremacistas y xenófobos, y progresismos trasnochados que más bien son “regresismos” a épocas de muy mal recuerdo en nuestra historia y la del resto de Europa . España merece ilusión, acuerdo leal, palabra, un auténtico impulso moderno, y la fuerza de la verdad, la única que respalda el bien común y la libertad. Esa fuerza de la verdad que nos hace caminar seguros. La que hemos heredado de nuestros mayores, que junto al resto de valores tan magníficos que nos distinguen a los españoles, son la palanca para recuperar nuestra dignidad, trabajar en vanguardia de las demandas de la sociedad, y ganarnos de nuevo el respeto del mundo.

PD. No voy a entrar hoy en la abyecta y enésima reconfirmación de una infamia inadmisible en contra de las víctimas del terrorismo, sus familias y de todos los españoles. España es dignidad, honor, respeto y agradecimiento infinito a todos los héroes que sacrificaron su vida por todos nosotros, para defender nuestra democracia. España no es la deshonra infame, inmoral y demoníaca que preside el jefe de gobierno.

Amalio de Marichalar

Artículo publicado en «La Razón».