El camino seguido por este Gobierno es absolutamente claro y no oculta lo que es y lo que persigue. Las decisiones adoptadas no generan sorpresa alguna, nada es casual. Conocido el perfil del que lidera y pone nombre a la facción hoy dominante en el socialismo español, sabemos que todo busca alinearse con la premisa básica de contentar a los que le sustentan en el poder. En este sentido, si algo se identifica con la defensa de los valores patrióticos o, por resumir, el amor a España, irán a por ello. Y lo hacen sin escrúpulos, solo para pervivir y mantenerse en el poder.

Para el líder del “sanchismo”, gran maestro en hacer lo que no dice o decir lo que no hace, de la mano del comunismo rancio y del separatismo variopinto, deben irse consolidando hitos para seguir en esa senda de destrucción de la capacidad del Estado a la hora de hacer frente a las derivas a las que le toque enfrentarse. Su ineptitud y connivencia con sectores que cuestionan la vigencia de nuestro marco constitucional, dando poder al zorro para controlar al gallinero, girando la cara ante el intencionado desprestigio del reinado de Felipe VI, pretendiendo retocar el poder judicial para jugar con él de modo favorable a su interés partidario, amilanando al resto del socialismo para evitar una involución que le derroque como caudillo, aceptando el apoyo de aquellos cuya maldad y manchas nunca debería haber olvidado, o tramitando el indulto de los mayores delincuentes de nuestra democracia; son claros síntomas de la putrefacción del poder político y, por ende, la situación que vivimos en este país.

Pero, a pesar del interés por desacreditar y cuestionar todo lo que es patriótico, a veces la razón se impone. El poder judicial, todavía independiente y libre, pese a evidentes intromisiones, sigue fallando con rigor y la legalidad por bandera, dejando de lado intencionalidades que se sustentan en el rencor o la prebenda en favor de los socios parlamentarios. Por eso el Sr. Pérez de los Cobos ha vuelto a ocupar el rango y puesto que le corresponde.

La manida pretensión del Ministerio del Interior, con Grande-Marlaska a la cabeza, ha tenido que tragarse su intención de prescindir de un patriota en la cúpula de la Guardia Civil en la Comunidad de Madrid, pero que nadie espere dimisiones o disculpas. Sólo se ha ganado una batalla, los pasos hacia una república bananera de la mano de podemitas y resto de execrables sigue su curso, razón que nos obliga a estar muy atentos y combativos.

En este proceso de saneamiento, que requiere de recambio urgente en la Moncloa, la próxima etapa la tenemos a comienzos de mayo en la Comunidad de Madrid. Los madrileños tienen la oportunidad de librarse de la presencia política del que arenga a los suyos refiriéndose a una patria que ni siente ni respeta. Esperemos que el límite del 5% exigido como mínimo para disponer de diputados autonómicos sirva de filtro y que, pasado el 4M, pueda dedicarse en exclusiva a las tareas propias de su acceso a la deseada casta.

Javier Megino
Presidente de Cataluña Suma Por España