Lo que sucede en nuestro país, por más que nos sorprenda, no pasa en ningún otro punto del planeta. Es increíble que la lengua oficial del Estado, tal y como recoge el artículo 3.1 de nuestra Constitución, el idioma que todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho a usar, utilizando las palabras que constan en dicho articulado, sea la moneda de cambio para contentar a los socios de gobierno de los que depende el social-comunismo para perdurar en el poder.

La denigrante sensación, extendida entre un gran porcentaje de españoles, una vez hemos tomado conciencia de lo que son capaces de hacer y admitir en el PSOE por unos míseros votos, es humillante. Es absolutamente vergonzoso, ridículo y nauseabundo que la representación y defensa de España recaiga en unos políticos rastreros y patéticos, a los que les vale todo con tal de seguir ocupando sus sillones en el Consejo de Ministros.

Que el marco constitucional, ese que con tanta hipocresía llegan a considerar ante las cámaras su hoja de ruta, sea papel mojado cuando les interesa, para poder contentar a la lacra que supone depender de comunistas y separatistas, no deja margen alguno para comprender a la calaña sanchista.

El comportamiento del fanatismo sectario separatista, en su actitud violenta y supremacista, ya nos la conocemos. Lo que ha pasado en Canet es otro ejemplo de la forma de actuar de estos victimistas. Creen que amedrentando y a pedradas lograrán su objetivo, aunque les convendría un análisis de cómo evoluciona el uso de las lenguas desde que una se impone humillantemente sobre la otra.

Pero, por encima del proceder de los totalitarios, duele mucho más sentirse abandonado y testigo del arrodillamiento de los que mandan en Madrid, demostrando total incapacidad para poner orden y hacer cumplir las leyes. Genera mucho recelo y miedo, entre los que vemos que esto no se reconduce y siguen apostando por el fin a plazos de la España que tanto queremos, ver el modo en que borran del mapa todo lo que suene o se pueda relacionar con “lo español”. Nos están vendiendo sin pudor, nos abandonan y nos ningunean a los que damos la cara por España y defendemos el marco constitucional desde Cataluña.

Por esa razón, mañana martes día 14 a las 18:30h, nos toca ir a pitar ante el Parlamento catalán en la plaza de la Ciudadela. Hemos de hacer notar el dolor que sentimos al ver nuestros derechos coartados. No podemos admitir que la lengua común de los españoles sea pisoteada, incumpliendo, con el visto bueno de los que nos mandan en Madrid, los fallos judiciales en favor de un 25% de educación en la lengua castellana.

Pero conviene tener claro que dicho porcentaje, el del 25%, no es el objetivo en sí, sino que debe considerarse el paso inicial para lograr la completa equiparación en el trato de las dos lenguas españolas que tenemos los catalanes, con libre elección de la lengua vehicular en la docencia y el reconocimiento, por igual, de ambas, sin distinciones ni prevalencias. Evitando que una forma de comunicarse siga siendo, como es ahora, el arma vital sobre la que se asienta la ingeniería separatista y el sectarismo diferenciador.

Javier Megino
Presidente de Cataluña Suma por España