Emulando al famoso grupo musical, el espectáculo debe continuar. Y disponiendo de la comparsa de payasos, malabaristas y engendros más peculiares del planeta, tenemos garantizado el premio a la troupe peor de lo peor en el mundo mundial.

A fecha de hoy, aunque las cortinas de humo pueden irse moviendo a conveniencia y gusto de la vedette de cabecera de este show de variedades circense, uno ya no sabe hacia dónde mirar. La principal duda radica en saber si somos tontos por admitir la apertura de las puertas de los secretos de Estado a los que deberían estar vetados, si somos incapaces de visualizar el plan del separatismo para reincidir en su intentona con todo controlado antes de dar la estocada, si se pretende el descrédito ante las instituciones europeas dejando ver que tenemos gobernantes de pacotilla que pican en la estrategia de los del lazo amarillo o, sencillamente, que somos inútiles para saber que se espío a los que mandan en Moncloa, sacándolo a la luz un año después en pleno rebufo del espionaje por otros derroteros.

Partiendo de la base del incumplimiento de la norma del uso de los móviles gubernamentales, en referencia al consejo de tenerlos con el mínimo de información guardada, estando el del presi a plena capacidad, todo lo que tiene que ver con esto del programa Pegasus deja en muy mal lugar a los incompetentes que mantenemos con nuestros abusivos impuestos.

Los riesgos ante la aparente usurpación de la información extraída son inciertos. Tampoco tenemos claro de dónde proviene la intrusión, aunque deben quedan horas para señalar a Rajoy, Casado o Abascal, olvidando al hermano marroquí o los socios separatistas, pero sabemos que la vedette principal no da para más y deseamos que ese móvil a reventar solo tuviese selfies en el Falcon, fotos varias con amigas, ministras y vicepresidentas, junto al Candy Crush en un nivel avanzado.

Decir que es de risa se queda corto. Es muy penoso que, aunque no lo parezca, estamos hablando de nuestro Gobierno y no el de una república bananera de tercera. Tenemos unos gobernantes que nos dejan como el hazmerreír del mundo con este nuevo capítulo del show que, desgraciadamente, todavía tendrá nuevas entregas. Está en nuestras manos evitar el año que viene que se les renueve el contrato, esperando que los mandemos a casa o, como tendrán ya la mayoría estipulado, usen las puertas giratorias a lo Carmona.

Javier Megino
Presidente de Cataluña Suma por España