Una de las sensaciones más nociva para la persona es sentirse excluida del entorno social en el que vive. Los individuos son, pero necesitan relacionarse con sus iguales para alcanzar cierta plenitud como tal y a la vez enriquecerse de lo que los demás expresan. Así funciona la sociedad.

Si en el seno de un Estado de Derecho se olvida el pilar básico, la igualdad ante la ley, todo el ensamblaje institucional se tambalea al cuestionar sus orígenes. La Ilustración, un movimiento de ideas transformadoras, modificó el modelo de convivencia imperante hasta aquel entonces, en el que una élite, los privilegiados, marcaba el ritmo político y económico. Nosotros desde el s. XIX somos el resultado de aquel momento histórico renovador y al apostar en 1978 por un sistema parlamentario liberal nos volvimos a reencontrar de nuevo con él.

Un germen nefasto, el Nacionalismo, iba a romper aquel futuro prometedor. Un nacionalismo que no se ha sabido controlar dentro del marco legal, todo lo contrario sus líderes con múltiples chantajes han impuesto presiones identitarias y a través de ellas han obtenido ventajas sociales, culturales, económicas dirigidas exclusivamente a sus planes secesionistas. Grandes escollos para la estabilidad social.

La escuela ha sido el laboratorio ideal donde las probetas han combinado variados fármacos letales, entre los que se encuentran la mentira y el odio, los dos peores componentes posibles para educar a los futuros ciudadanos.

Fractura social, trabas a la movilidad y un bajo rendimiento académico han sido algunos de los resultados de la locura doctrinaria.

Las milenarias murallas romanas de Barcino, Ilerda, Gerunda y Tarraco , saltaron de su antiguo emplazamiento para ampliarlo y enmarcar los límites de la Cataluña actual, pero no para apuntalar el derecho de ciudadanía sino para restringirlo, sólo pueden tenerlo los que encajan con los requisitos que un sanedrín de expertos deciden. Puede ser que años atrás fuera, según el doctor Robert, la raza, ahora en cambio los exquisitos no lo consideran oportuno, ni tampoco los apellidos u otros detalles, para centrarse con tesón en la lengua, según ellos “ propia “ el catalán. Durante años, en la industria automovilística y en la textil no era imprescindible para manejar las máquinas tenerla como distintivo, les bastaba a los empresarios poner a Cataluña a la cabeza de la economía española y era suficiente calificar de “ charnego “al obrero, sin darse cuenta que su llegada y su tasa de natalidad iba a modelar una Cataluña plural, admirada y querida en toda España, con una mayoría venida de Murcia, Extremadura y Andalucía que enriqueció muchas de las costumbres culinarias, festivas…….Esa autodenominada élite “ la bossa sona “, emulando a la mujer de Lot, dirigió su cabeza hacia atrás en busca de la aureola romántica, cadenciosa, nebulosa del pasado para someter a través de un juego pernicioso, cargado de humillaciones, a parte de la ciudadanía y lo más grave privarle de sus derechos, pero a la otra parte restante, que casaba más con sus aspiraciones, la han zarandeado y le han privado de su valía como personas al inculcarle odio hacia sus vecinos y en algunos casos hasta hacia sus familiares.

Ahora los maquinadores se hallan dispersos, distribuidos en distintos lugares según su implicación en el plan para conseguir la llamada autodeterminación, término indebido al no ser “ la seva terra “ una colonia. El señor Pujol y familia sometidos a un especial proceso jurídico, disfrutan sus días en sus casas particulares con acopio de euros en las cuentas bancarias, Puigdemont cobijado en Bruselas a costa del erario público saborea el acta de eurodiputado y Junqueras en prisión es agasajado con entrevista televisiva incluida y para completar la baraja el honorable Torra, pésimo y delictivo orador al golpear la Constitución y la figura del Jefe del Estado, nos ha ofrecido sugerentes cabriolas en la Cámara autonómica pero con una pensión vitalicia muy suculenta. Mentiras, falsedades históricas, uso adulterado de las palabras, afirmaciones mezquinas “Espanya ens roba “ y un largo etcétera de lo más delirante. Éstos son los adelantados del “ procés”.

Ha llegado el momento, la ciudadanía debe manifestar señales de que está , de que piensa, de que valora la verdad no la manipulación y sobre todo de que hay un marco legal en la singladura hacia la libertad.

Los excluidos deben hacer visible su existencia y con ella sus derechos constitucionales, enmarcados en la frase – ciudadanos catalanes y como tales españoles – y el resto de la ciudadanía, la abducida por el desenfreno nacionalista, debe buscar con la mano tendida el entendimiento, la convivencia para dejar atrás a los de las barricadas, a los de los contenedores incendiados, a los de las arrojadizas cabezas de cerdo y a todo lo que rezume hostilidad.

En Democracia rige la ley y ése es el camino a seguir.

Ana María Torrijos