El año 2023 ha sido un año ciertamente convulso, en el que sin la menor duda, el conflicto catalán se ha instalado en la nación dividiendo aún más a la sociedad española. Esto ha desembocado como consecuencia en un mayor incumplimiento de la Constitución Española por parte de las instituciones públicas, y ha puesto de manifiesto desgraciadamente que el sistema está fallando, más allá, de que Sánchez y sus compinches sean quienes está transformando el régimen del 78 a su imagen y semejanza.
Para el que tenga alguna duda al respecto, me refiero de manera incuestionable a leyes muy sonadas este 2023 como la amnistía o la Ley Sólo Sí es Sí o también a la falta de pluralidad y objetividad en las instituciones y los medios de comunicación, que hacen a los españoles más desiguales ante la ley y también los deja más desprotegidos. Eso unido a un deterioro notorio de los servicios públicos que pagamos todos con nuestros impuestos tan altos, y que también han subido considerablemente en los últimos años.
Y en el panorama económico, que decir, una inflación que incluso ha provocado que la cesta de la compra se dispare con creces.
Por lo tanto, el año 2023 ha sido un año complicado y que nos debe servir para corregir todos esos problemas y errores que he mencionado en este artículo y otros que me dejado en el tintero, pero que hasta en algunos casos van relacionados a los mencionados.
Cabe recordar, que España es un país fuerte, y lo ha demostrado a lo largo de la historia, pero necesita de una población valiente y que no se rinda ante quienes no quieren su progreso dentro y fuera del país.
En definitiva, desde castellanos y leoneses hasta catalanes tienen muchos retos en común para reconducir este 2024 a la nación hacia la prosperidad, el respeto a la ley y la pluralidad, y a la realización de medidas políticas, sociales y económicas para el apoyo a jóvenes y mayores. Es posible y necesario, pero sólo juntos podemos.
Erik Encinas
Artículo publicado en «El Español«.