Los fondos que España recibirá de Europa deben de utilizarse para la modernización de nuestro tejido productivo. Estas ayudas tienen que ir acompañadas de importantes reformas estructurales , proyectos transformadores e inversiones que realmente generen un crecimiento económico sostenible.

El devenir económico y social español depende en buena medida del comportamiento y actitud del gobierno socialcomunista que nos desgobierna y por ello, como ciudadanos y parte afectada por la grave crisis vivida, deberíamos exigir transparencia.

Esta falta de transparencia ,ampliamente detectada por sectores del ámbito privado y por partidos políticos de la oposición, viene acompañada por la “denuncia” en cuanto a la falta de fluidez de las inversiones efectuadas hasta el momento si las comparamos con las llevadas a cabo por países como Portugal, Italia o Francia.

A la falta de fluidez se añade la anteriormente mencionada falta de transparencia y es por ello que, ante las presiones recibidas, el Ministerio de Hacienda ha ultimado una herramienta pública en la que se podrá consultar el estado de las convocatorias( web en la que seguimos echamos en falta muchos detalles).

Y ya que entramos en comparaciones, decir que a diferencia de países como Luxemburgo, Italia y Portugal, en nuestro país no se ha creado una comisión independiente para el seguimiento de las gestión de los fondos europeos.

En el Plan de Recuperación remitido por España se recogía la creación de una” Comisión Ministerial para la Recuperación, Transformación y Resilencia”, la cual está presidida por el presidente del Gobierno, una “Conferencia Sectorial central” presidida por el Ministerio de Hacienda para la coordinación con las Comunidades Autónomas ,y otros mecanismos para el control parlamentario. Como diría Juan Palomo, “yo me lo guiso y yo me lo como”.

Alemania, aún no teniendo una comisión de control independiente como tal, en el Plan de Recuperación enviado a Bruselas, detalló que llevaría a cabo una “evaluación ex ante y ex post “ realizada por parte del instituto independiente de investigación económica DIW.

España fue uno de los primeros países en presentar su Plan pero ha demostrado ser de los más lentos en la ejecución real de las ayudas europeas. España también fue uno de los primeros países en recibir ayudas pero también ha sido de los primeros en los que ha se han detectado problemas a la hora de identificar los beneficiarios de los fondos cuando estos son empresas extranjeras. Es un “suma y sigue”.

Los controles y desconfianzas desde Bruselas en cuanto a la concesión y control de los fondos a España está más que justificada. Dejar en manos de determinadas personas la recuperación de España cuando simultáneamente estos mismos “personajes” la están destruyendo con leyes y decretos sin sentido resulta bastante chocante.

Eva Higueras

Artículo publicado en el “Correo de España”