El pacto de rentas es una medida excepcional que tiene como objetivo la repartición del coste de la inflación entre los diferentes agentes económicos y se lleva a cabo en aquellas situaciones en las que el poder adquisitivo de los ciudadanos se reduce de forma considerable.

La utilidad del pacto de rentas es discutir, aprobar y poner en marcha aquellas políticas que han de servir en un entorno de inflación.

Dicha negociación se debería de establecer entre el Gobierno, la patronal, los sindicatos y los agentes sociales. Es más, creo que también debería de contar con los partidos políticos de la oposición.

Aún teniendo en cuenta que es facultad del Gobierno la decisión de aumentar el SMI, en el pacto de rentas, el Gobierno debería de ser interlocutor, mediador y garante de los acuerdos alcanzados.

Pero la falta de democracia que caracteriza al actual Gobierno de coalición también se ha extendido a las decisiones tomadas en el pacto de rentas.

Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, abogó en su momento por un alza del SMI dentro del pacto de rentas que contara con el apoyo de la CEOE.

Yolanda Díaz anunció que prefería ir a un SMI máximo dentro de la banda que barajaba el Gobierno ( y de su Comité de Expertos) que estaba entre el 4,6% y el 8,2% (los sindicatos pedían como mínimo el 8,2%.)

Sin más diálogo y sin tener en cuenta la propuesta de la CEOE, se ha impuesto un aumento del 8%.

El presidente del Gobierno prefiere seguir los consejos de aquellos a quien más le interesa seguir “mimando”.

El aumento del SIM para el año 2021 se basó en la decisión tomada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y los sindicatos CC.OO. y UGT y sin el respaldo de las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme. Para el año 2022, y tras alcanzar un acuerdo únicamente con los sindicatos, el SIM se subió en 35 euros al mes.

Con el actual Gobierno no hay margen de negociación. La toma de decisiones de manera unilateral hace que el vigente pacto de rentas entre en vía muerta y problemas tan relevantes como la reforma de las pensiones sigan sin solucionarse.

Gobernar sin dialogar es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Eva Higueras

Articulo publicado en “ntvespana.com”.