La situación en España no permite que podamos ocupar la presidencia rotatoria de Europa. Una nación ha de cumplir los mínimos parámetros de rigor, seriedad y dignidad.

No se puede admitir que un gobierno ataque a una empresa privada en sus decisiones y lo haga públicamente, creando aún más inseguridad jurídica, de la que padecemos y dando un mensaje a Europa tercermundista.

No se puede admitir una broma blasfema contra la Virgen del Rocío en la televisión pública catalana y el presidente de la Generalidad no lo condene, y tampoco el presidente del Gobierno,

No se puede admitir que en Cataluña se haga un interrogatorio a una enfermera y se prescinda de ella por protestar por el nivel que se le exige de catalán.

No se puede admitir que se sepa quien estaba detrás de los gravísimos hechos ocurrido en el Prat y que sea del mismo partido de quien preside la Generalidad, este no diga nada y el presidente del Gobierno que es apoyado por dicho partido, tampoco.

No se puede admitir que dicho presidente de la Generalidad proponga sin tapujos el referéndum de nuevo esta semana y que se reafirme en ello sin pestañear, y que de nuevo el,presidente del Gobierno calle y no le desautorice delante de los españoles y de toda Europa.

No se puede admitir que el presidente del Senado de Marruecos diga que hay que liberar Ceuta y Melilla y salvo la ministra de Defensa que ha hecho lo que debía de hacer, esas ciudades españolas han quedado sin ser defendidas por el presidente del Gobierno que es quien tiene que exigir rectificación a Marruecos y sin medias tintas, ni palabras huecas.

No se puede admitir que la presidenta del Congreso haya permitido destruir pruebas de las visitas en el mismísimo Congreso a un diputado socialista en el escándalo “ Tito Berni”, por lo que por cierto Europa pide explicaciones ante los fondos europeos que puedan estar implicados en esta desvergonzada y corrupta trama.

No se puede permitir que un embalse en Extremadura quiera derribarse por el gobierno, y además provocar un desastre con ello, sin ser ni informada la Junta de Extremadura según ha dicho su presidente.

No se puede admitir que de nuevo Europa dé un aviso vergonzoso al Gobierno por el asalto a la justicia que frenó el TC, y sabiéndose que un informe de la OSCE desde su oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos se denuncia lo que en el pasado diciembre el gobierno quiso reformar por la puerta de atrás en relación al CGPJ y al Tribunal Constitucional.

No se puede admitir que haya ya casi mil rebajas a agresores sexuales y ya más de cien excarcelados por la nefasta ley del si es si y que el presidente del Gobierno dijera que era una ley ejemplar y modelo para el mundo…

Todo esto solo en una semana. Sencillamente, esto no es serio. No es mínimamente digno, presentable y responsable , y desgraciadamente, no solo es todo eso, dado que una nación como España y en Europa no puede ser el ejemplo de una acción diaria en contra de los mismísimos fundamentos de la democracia.

El ataque continuado a la justicia, al estado de derecho, a la Constitución, a la mismísima unidad de España, en esta semana, de nuevo admitiendo con sus gravísimos declaraciones un golpe institucional al presidente de la Generalidad, socio permanente su partido del Gobierno, y el jefe de Gobierno callado, por tanto, cómplice.

Atacar públicamente la libertad de empresa con manejos coercitivos inaceptables rayando la amenaza y chantaje. Las denuncias europeas por corromper la independencia judicial y pidiendo explicaciones ante la desverguenza de un diputado socialista, pero también por no dar explicaciones el gobierno sobre los destinatarios de los fondos europeos, carecer de transparencia, y beneficiar la corrupción con la rebaja del delito de malversación por exigencia de los golpistas de Cataluña, junto a todo lo anterior que relato, son solo algunas razones inapelables, y repito, son solo algunas, por ceñirme solo a lo acontecido esta semana, para no poder presidir Europa.

Es de todo punto inadmisible e inaceptable que un gobierno europeo actúe de esta manera y por tanto imposible presidir el turno europeo. Para ello hay que cumplir unos mínimos estándares democráticos y de buen ejemplo institucional. Nada de eso existe hoy en España. No habría mayor sano orgullo que como español estar respaldando a tu gobierno- da lo mismo el signo -, durante la presidencia de turno española, pero siempre que ese gobierno, y de forma incomprensible, única y extraordinaria en cuarenta años de democracia, no avergonzara diariamente con mentira, indignidad, y compadreo gravisimamente cómplice, con quienes quieren la destrucción de nuestra nación, atacando así la dignidad y buen nombre de todos los españoles.

Amalio de Marichalar

Artículo publicado en el “Mirón De Soria”.